abril 20, 2022 4 lectura mínima
Unos músculos sanos necesitan un suministro adecuado de vitaminas y minerales. Tenemos un total de 640 músculos, cada uno de los cuales representa la fuerza, la resistencia y la movilidad. Además de los músculos conocidos, como los bíceps y los tríceps, nuestros órganos y vasos también están formados por tejido muscular.
Pero, por desgracia, también hay muchos tipos de dolor muscular. Por eso es importante entrenar tus músculos adecuadamente y proporcionarles todas las vitaminas y minerales que necesitan para rendir al máximo.
En este artículo explicamos qué vitaminas y minerales son especialmente importantes y cuándo el dolor muscular puede indicar la presencia de déficits.
Hay muchos tipos diferentes de dolor muscular y todos hemos experimentado al menos uno de ellos. Aquí te dejamos resumen de los tipos más comunes de dolor muscular:
1. Tensión muscular
Ya sea en el cuello o en los hombros, la tensión es uno de los tipos más comunes de dolor muscular. Los trabajadores que pasan muchas horas sentados suelen sufrir tensión muscular en los brazos, los hombros, la espalda o el cuello. El motivo es el movimiento unilateral y, a menudo, también el estrés. Los ejercicios de estiramiento y los masajes con rodillos de fascia ayudan a aliviar el dolor y a relajar el músculo.
El magnesio favorece la función muscular normal. Por tanto, el magnesio es especialmente importante en momentos de estrés. Porque en cuanto no hay suficiente magnesio en el cuerpo, los músculos no pueden relajarse adecuadamente. Esto provoca la típica tensión. Por eso te recomendamos que tomes cápsulas de magnesio con regularidad.
Las vitaminas B también ayudan a tus músculos. Ayudan a tu sistema nervioso de forma natural, lo que también repercute en tu tensión muscular. Esto se debe a que la contracción muscular está controlada por el sistema nervioso. Por tanto, los músculos y los nervios interactúan directamente, por lo que la tensión nerviosa suele sentirse en los músculos. Las vitaminas B B1, B2, B6 y B12 pueden entonces estabilizar los nervios.
2. Tirones y lesiones musculares
Los deportistas, en particular, están familiarizados con esta dolencia. Las distensiones musculares y las lesiones suelen producirse después de accidentes deportivos. Los músculos se estiran demasiado brusca y rápidamente. Las lesiones musculares pueden ir desde un pequeño desgarro, como es el caso de la clásica distensión muscular, hasta un desgarro de fibra muscular. Ahora debes descansar y dejar el músculo en paz.
El colágeno puede ayudarte durante este tiempo. El colágeno es una proteína que se utiliza para fabricar tendones, huesos y tejido conectivo. Si tienes un desgarro de fibra muscular, lo más probable es que el tejido conjuntivo (fascia, etc.) que rodea al músculo también esté dañado y necesite nutrientes para una curación óptima.
También debes asegurarte de consumir suficiente omega-3. El omega-3 puede ayudar a la regeneración de tus músculos. En nuestra tienda puedes encontrar omega-3 de aceite de pescado, así como una versión vegana de algas.
3. Agujetas
Todos estamos familiarizados con las agujetas. Ya sea después de correr, de hacer pesas o de una clase intensiva de yoga, a la mañana siguiente solemos tener bastantes agujetas. Esto indica que has realizado nuevos movimientos, has descubierto nuevos músculos y fascias.
Para aliviar tus músculos doloridos, el magnesio, el potasio, el zinc y las vitaminas del grupo B pueden ayudarte. El zinc, al igual que el magnesio y el potasio, se excreta cuando sudas. Pero es importante tener zinc en tu cuerpo: ayuda a los procesos de construcción muscular y a la curación de heridas. Además, el zinc asegura una relación ácido-base equilibrada. Tiene un efecto positivo en la construcción de los músculos y contra las agujetas.
4. Calambres musculares
La sudoración intensa, la ingesta insuficiente de agua y las infecciones gastrointestinales pueden provocar una mayor pérdida de líquidos y, por tanto, una alteración del equilibrio electrolítico. Esto suele provocar una deficiencia de minerales como el magnesio, el potasio o el calcio, una causa común de calambres musculares, que probablemente todo el mundo ha experimentado en sus pies o pantorrillas por la noche mientras dormía.
Por ello, debes asegurarte de consumir suficiente magnesio, potasio y calcio, así evitarás los calambres musculares.
Está claro que necesitas vitaminas y minerales para tener unos músculos sanos. Te aportan energía muy valiosa y ayudan a tus músculos en sus funciones.
En particular, necesitas las siguientes vitaminas para que los músculos estén sanos y funcionen normalmente:
Otros micronutrientes:
¿Llevas un estilo de vida activo y te gusta incorporar el ejercicio a tu rutina diaria? ¡Perfecto! Entonces, no debes descuidar tu dieta: consume productos locales, de forma variada y saludable, y ayuda a tus músculos con tomando las vitaminas y minerales que hemos mencionado.